La organización ecologista manifiesta lo insostenible de este tipo de planes, tanto desde el punto de vista medioambiental como desde el social, y ello por una serie de razones:
En primer lugar, un campo de golf de 18 hoyos, como los que aquí se pretenden construir, consume el equivalente a una población de unos 20.000 habitantes. Aun en el supuesto de que saliese adelante uno solo, ello supondría incrementar el consumo de agua de la ciudad en un 50%. Por las peculiaridades de nuestro clima y por el grave período de sequía que atravesamos, Ecologistas en Acción valora el que se planteen estos proyectos como una auténtica irracionalidad.
En segundo lugar, desde el grupo ecologista se teme que uno de los proyectos, en concreto el que iría ubicado en el paraje de
En tercer lugar, los campos de golf acaban contaminando tanto como una industria química, ya que para eliminar la flora autóctona y sustituirla por césped echan mano de una enorme cantidad de biocidas, con el riesgo que ello conlleva de contaminación de los acuíferos y de destrucción del paisaje original, que es precisamente la mayor riqueza que se debe preservar. En cuarto lugar, consideran falsa la argumentación de que los campos de golf suponen la potenciación del turismo, ya que están estudiados para que los usuarios no necesiten salir, y por tanto no redundan en beneficio de la hostelería ni del comercio locales.
Ecologistas en Acción cree que el desarrollo de la comarca pasa por potenciar el turismo de naturaleza y monumental, y por tanto la construcción de un campo de golf supone trabajar en sentido contrario de forma insostenible y miope.
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