La Asociación ecologista placentina ha presentado ante la Concejalía de Urbanismo una serie de sugerencias relativas al PGOU.
La primera de ellas gira en torno al área de Valcorchero, zona en la que se pretende urbanizar y además construir un vial de circunvalación. Los ecologistas recuerdan que Valcorchero no sólo se halla protegido por la Ley de Conservación de la Naturaleza y Espacios Naturales de Extremadura, sino que además posee un valor innegable y representa un patrimonio natural y de ocio para todos los placentinos, que ya lo vieron empobrecerse cuando se autorizó la urbanización “Ciudad Jardín”, que trajo por añadidura la destrucción de varios cientos de metros del "Camino Viejo del Puerto". Al Ayuntamiento debe quedarle meridianamente claro que ni la Ronda Norte (innecesaria por la baja ratio de vehículos) ni la urbanización de dicho espacio son vistos con agrado por una mayoría de ciudadanos.
La segunda sugerencia viene a expresar el desacuerdo de Ecologistas Plasencia con el proyecto de construcción de un puente por encima del Parque de la Isla, que acabaría de apuntillar este emblemático enclave, bastante esquilmado ya tras la tala de centenares de árboles de ribera perpetrada por CHT. El llevar a cabo una obra de esta envergadura supondría la irrupción del tráfico rodado en un espacio ideado para el ocio y la tranquilidad. Para ello, además, sería preciso clarear un amplio frente en ambas orillas del Jerte, por no hablar de los árboles que habría que abatir dentro del parque. Dicha obra, por lo irracional y faraónica, no sólo causaría estragos en el entorno, sino también molestias y riesgos de accidente para los usuarios durante el periodo de construcción. Consideran que, una vez finalizado, tampoco sería muy agradable caminar por la zona a sabiendas de que soporta un puente de estas características sobre las cabezas de los paseantes.
la tercera sugerencia pasa por pedir al Ayuntamiento que no se plantee siquiera la reserva de terrenos para la construcción de un campo de golf: primero, por la especulación asociada que conllevaría el autorizarse la construcción de viviendas, pues el campo de golf no es sino la excusa perfecta para poder construir en suelo no urbanizable. El argumento del turismo tampoco convence a la asociación ecologista, ya que si bien es cierto que al principio un elevado porcentaje de usuarios son turistas, no lo es menos que a medida que se consolida la urbanización el número de éstos va en descenso, hasta culminar en la mayoría de los casos a la cesión del campo por parte del promotor a los compradores. Esto es algo de lo que existen numerosos ejemplos en los lugares en donde existen industrias de este tipo, que acaban convirtiéndose en un mundo ajeno a su entorno geográfico y social. Por si fuera poco, se trata de una afición lujosa y carísima que supone un gran derroche de agua, tan escasa y tan necesaria, amén de las toneladas de herbicidas, plaguicidas y abonos artificiales que acabarían vertidos al río, castigándolo aun más e impidiendo la tan necesaria recuperación del mismo.
Imagen para el recuerdo: dormidero de garcillas a orillas del Jerte. La mayor parte de estos árboles no existen ya, víctimas de la adecuación cometida por CHT
La primera de ellas gira en torno al área de Valcorchero, zona en la que se pretende urbanizar y además construir un vial de circunvalación. Los ecologistas recuerdan que Valcorchero no sólo se halla protegido por la Ley de Conservación de la Naturaleza y Espacios Naturales de Extremadura, sino que además posee un valor innegable y representa un patrimonio natural y de ocio para todos los placentinos, que ya lo vieron empobrecerse cuando se autorizó la urbanización “Ciudad Jardín”, que trajo por añadidura la destrucción de varios cientos de metros del "Camino Viejo del Puerto". Al Ayuntamiento debe quedarle meridianamente claro que ni la Ronda Norte (innecesaria por la baja ratio de vehículos) ni la urbanización de dicho espacio son vistos con agrado por una mayoría de ciudadanos.
La segunda sugerencia viene a expresar el desacuerdo de Ecologistas Plasencia con el proyecto de construcción de un puente por encima del Parque de la Isla, que acabaría de apuntillar este emblemático enclave, bastante esquilmado ya tras la tala de centenares de árboles de ribera perpetrada por CHT. El llevar a cabo una obra de esta envergadura supondría la irrupción del tráfico rodado en un espacio ideado para el ocio y la tranquilidad. Para ello, además, sería preciso clarear un amplio frente en ambas orillas del Jerte, por no hablar de los árboles que habría que abatir dentro del parque. Dicha obra, por lo irracional y faraónica, no sólo causaría estragos en el entorno, sino también molestias y riesgos de accidente para los usuarios durante el periodo de construcción. Consideran que, una vez finalizado, tampoco sería muy agradable caminar por la zona a sabiendas de que soporta un puente de estas características sobre las cabezas de los paseantes.
la tercera sugerencia pasa por pedir al Ayuntamiento que no se plantee siquiera la reserva de terrenos para la construcción de un campo de golf: primero, por la especulación asociada que conllevaría el autorizarse la construcción de viviendas, pues el campo de golf no es sino la excusa perfecta para poder construir en suelo no urbanizable. El argumento del turismo tampoco convence a la asociación ecologista, ya que si bien es cierto que al principio un elevado porcentaje de usuarios son turistas, no lo es menos que a medida que se consolida la urbanización el número de éstos va en descenso, hasta culminar en la mayoría de los casos a la cesión del campo por parte del promotor a los compradores. Esto es algo de lo que existen numerosos ejemplos en los lugares en donde existen industrias de este tipo, que acaban convirtiéndose en un mundo ajeno a su entorno geográfico y social. Por si fuera poco, se trata de una afición lujosa y carísima que supone un gran derroche de agua, tan escasa y tan necesaria, amén de las toneladas de herbicidas, plaguicidas y abonos artificiales que acabarían vertidos al río, castigándolo aun más e impidiendo la tan necesaria recuperación del mismo.
Imagen para el recuerdo: dormidero de garcillas a orillas del Jerte. La mayor parte de estos árboles no existen ya, víctimas de la adecuación cometida por CHT